Mi delirio y mi condena - Cap. III

Principiante

Iba rumbo a Devoto para visitar al Ganzúa Echerverri con el fin de contarle las novedades de lo suyo, y darle la buena nueva de que, si no se mandaba ninguna cagada grande en los próximos tres meses, le salía la condicional.
En el estudio es costumbre ir fogueando a los nuevos asignándole un "tutor" para que los saque a pasear un par de semanas y así se vayan curtiendo. A mí me habían adosado un flaquito que lo tenía de vista pero ni sabía su nombre, se llamaba Ezequiel, así que lo cargué en el auto y partimos.

- ¿Hace mucho que entraste? - Le pregunté para abrir la conversación.
- No, un par de meses, ¿y usted?
- Un par de vidas, y tuteame pibe, todos acá me conocen como el Pájaro.
- Ok, ¿te puedo hacer una pregunta personal? - Me hablaba en voz baja, tímidamente.
- Mientras no me preguntes por mi patrimonio no hay problema.
- Jiji.., no, te quería preguntar que quiere decir ese tatuaje que tenés en el brazo, el de "La Guardia Imperial".
- ¿A vos te gusta el fútbol pibe?
- Mas o menos, vivo en Banfield y soy del taladro por el barrio nomás...
- Entonces dejá, otro día te cuento - Le contesté pensando en que explicarle el asunto sería como tirarle margaritas a los chanchos.
- No en serio Pájaro, contame, me interesa.
- Mirá, en la espalda tengo otro que dice "Racing SI Putos NO", ese es más explícito.
- Ah, tiene que ver con Racing, ¿que cagada se de Racing no? Siempre sufriendo...
- Escuchame pibe, no paro el auto y te recago a trompadas acá mismo porque no puedo después explicarle al pelotudo de Ramirez como terminaste en la guardia del Fernandez.
- ¡Perdón, perdón! No quise ofenderte. - Me decía con las manos juntas y palideciendo rápidamente.
- No me hables mas hasta fin de año.
- Ok, ok, disculpas.

Pasaban las cuadras y cada uno iba en su mundo, cuando a efectos de tratar mínimamente de recomponer la situación, me dijo:

- Solo como comentario al pasar, me asombró como se festejó el campeonato de Banfield en el barrio, ¡no sabes que fiesta! toda la gente en las calles, claro, era la primera vez.
- Esa garcha de festejo comparada con la última vez que Racing salió campeón es más o menos como querer comparar el Carnaval de Río de Janeiro con el de las Brótolas - Le respondí pensando cuando carajo iba a cambiar mi suerte.


J.