Empecé el colegio secundario en el año 1983. Soy del ‘70, y
con mis flamantes 13 años ingresé al Nacional 5, un colegio estatal solo de
varones. Me esperaban 5 temporadas entre claustros, rock and roll, fútbol y
otras sustancias. El Proceso agonizaba, pero nos tuvimos que comer todo ese ciclo lectivo con pelo corto, saco, camisa y corbata. En ese colegio de barrio
(Abasto) el futbol se respiraba en cada patio, cada aula y cada
pupitre; muchos de Boca, muchos de River, algunos de Ferro, uno de Argentinos,
uno de CAI, y yo.
Racing venia mal, y ellos bien. River andaba peor que todos,
pero justo ese año debutaban los ahora famosos promedios. Esto hizo que las
gallinas salvaran el pellejo (hace poco pagaron la deuda) y que nosotros
compremos calculadoras que no cuadraban un puto número. Barranca abajo. El
fixture además de todo lo anterior, nos ponía a jugar la última fecha contra
ellos de visitantes.
Con el agua al cuello llegamos a la penúltima en Avellaneda
contra Racing de Córdoba. Y ahí fuimos con mi viejo, sabiendo que un resultado
adverso nos mandaba a la B, literalmente. Y pasó, y se armó el mayor quilombo
que vi en mi vida en una cancha de futbol, corridas, gases, tiros, bastonazos.
Un triste final, decorado en la última fecha con ellos saliendo campeones. La realidad supera la
ficción. En ese match los hijos de puta cantaban “Que cosa maravillosa, que
cosa de no creer, el rojo campeón del metro, y RACING se fue a la B”. A esta
altura de mi vida, no creo que ni 20 siglos de terapia me puedan desgrabar esa
puta frase del cerebro. Me marcó para siempre.
El ‘84 nos encontró en la B (no existía ni Nacional B, ni
Metropolitana, ni Argentino A, era la B), y ahí fuimos a jugar con equipos que
ni el nombre conocíamos, canchas de mierda, reventando tribunas y siendo la
atracción del momento. Y no pudimos subir, nos quedamos en la puerta, puteando
por lo bajo. Mientras tanto, ellos salían campeones del mundo. La vida a veces
es una mierda.
A partir del ‘86, cuando volvimos, la mayoría de uds conocen
la historia, muchos años sin campeonatos, clásicos perdidos, quiebra,
gerenciamiento, promoción y la famosa frase: Lo mejor que tiene Racing es su gente (no
somos amargos como es indesingente). Ellos empezaron a bajar, ganaron casi nada
y nos fuimos emparejando. Eso sí, siempre con el cantito de fondo: “Vos sos de
la B”. Todo lo anterior, cabe señalar, sucedió bajo el paraguas del padrino
Grondona, que como dato orientativo es el único funcionario del país que
arrancó su mandato en la presidencia de Videla y aún sigue en el cargo. Patético
record.
Hace un año, cuando mi socio de esta página me decía: están
jodidos, tienen que sacar muchos puntos, no tienen plata, no tienen cancha, no
tienen jugadores y no tienen técnico, yo pensaba: pero tan pelotudos no pueden
ser, no les puede pasar lo de River, Grondona no los va a dejar caer, el puto
de Marconi tampoco, está Moyano en el medio, es imposible.
Pero ayer, todo volvió a su lugar. Se acabó el rey de copas,
el orgullo nacional, el paladar negro y la concha de su madre, a vegetar por el
país. Queda uno solo en Avellaneda, el único que tiene estadio, el primer grande,
el capo, el inmenso RACING CLUB.
FELIZ DIA DEL PADRE. LA CASA ESTA EN ORDEN. DISFRUTEN CON SUS HIJOS QUE MAÑANA FELICES IRAN AL COLEGIO.
Gaston.-
PD: Como me gustaría a mi volver al Nacional (al colegio Nacional, a no confundirse, jijiji) mañana….