Y un día volvió a salir el sol...después de tanta lluvia el domingo se hizo la luz. Luego de años de tormentas, tempestades y vientos en contra, una mañana de invierno en un cilindro repleto de ilusiones, los que allí estuvimos nos fuimos pensando: La vida es bella.
Porque existe Racing, todo lo demás...es nada.
Nos merecíamos este desahogo, los pibes que saltaban contentos abrazados a los padres, esos que por dentro pensaban "por fin la puta madre, por fin la reputa madre", hasta los viejos que supieron ver los tiempos de gloria sonreían contentos como chicos, diciendole a las nuevas generaciones: los buenos tiempos van a volver, y yo voy a estar acá para verlo.
De un lado de la cancha un equipo que hizo todo bien, perfecto. Lo jugó como se debía jugar, de punta a punta. Brillante. Un baile descomunal, sin sobresaltos, 10/10. Y le hicimos precio, estaban para la goleada. No me voy a detener hoy a analizar nada, todavía me dura la euforia. Lo importante, es que el primer grande volvió a mostrar las credenciales, a revalidarlas, a empezar a poner las cosas en su puto lugar.
Enfrente, un puñado de almas en pena, monigotes de ocasión vestidos de rosa que parecían ni siquiera conocer el reglamento, como los pibes cuando en la plaza arrancan a jugar y se les dice: vos patea para ese arco. Perdidos, entregados, desbordados por el juego y la velocidad de los nuestros. Mamarrachos que como en el box, desde la lona espiaban el reloj rogando que se termine pronto la paliza. Arriba, en las gradas, los mismos inexistentes de siempre, esos que van a tirar prontito otra vez las jeringas con sangre y como sus amigos de River, empiezan a adivinar su destino de Nacional B. Patéticos. Tristes. AMARGOS.
Guardemos amigos en nuestros ojos y en nuestros corazones este clásico, que de los últimos 40 años se sube al podio como de los mejores (junto con el de Lisandro en el cilindro y el de la lluvia en Lanus). Ojalá sea el despegue definitivo, se consolide el equipo, se encuentre el sistema y nos pongamos arriba en todos lados. No solo en las tribunas (primeros, siempre), sino tambien en los campeonatos. Para toda la gente que te sigue, que te alienta, que daría la vida por verte campeón.
PD: Olé, Olé,Olé,Olé,Olá, con estos putos no jugamos NUNCA MAS!!!
Gastón.-
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