Fue duro llegar el sábado al estadio y ver tan poca gente, tanta indiferencia, tanto desgano. Totalmente lógico después de esta espantosa campaña que fue el ciclo de Basile en nuestro querido Racing. Sumado al bochornoso final que tuvo el clásico, nada más se podía esperar que un manto de hartazgo en nosotros, que seguimos yendo a pesar de todo.
La CD luego del error garrafal cometido, volvió al inicio como en el juego de la oca y contrató a un entrenador joven y trabajador, que con un concepto renovador intentará llegar a fin de este torneo con la mayor cantidad de puntos cosechados. Sin prometer boludeces, sin vender humo, sin mayores estridencias. Calzándose el buzito y laburando.
La clave será el respaldo que Zubeldia tenga de la CD. Si vuelven a hacer la misma estupidez de dejarlo solo (como hicieron con Simeone, mientras se debatían en peleas internas y campañas electorales) este plantel volverá a lo mismo. Si en cambio le dan la potestad de un interventor, donde lo que diga sea palabra santa, las cosas pueden tender a encausarse.
Del partido poco y nada, un primer tiempo horrible. Un segundo mejor, con acierto en los cambios, un gol sobre el final importantísimo para sumar de a 3 y la búsqueda de un funcionamiento que al menos hasta Junio recolecte puntos para no pasar sobresaltos. De aquí hasta el final (incluyendo la Copa Argentina) hay que tratar de poner el mejor once que se pueda, empezando de atrás para adelante, y luego sentarse con el lápiz rojo y renovar el stock.
Gaston.-
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