domingo, 16 de junio de 2013

Corazón y pases cortos: Mano a Mano hemos quedado.

Empecé el colegio secundario en el año 1983. Soy del ‘70, y con mis flamantes 13 años ingresé al Nacional 5, un colegio estatal solo de varones. Me esperaban 5 temporadas entre claustros, rock and roll, fútbol y otras sustancias. El Proceso agonizaba, pero nos tuvimos que comer todo ese ciclo lectivo con pelo corto, saco, camisa y corbata. En ese colegio de barrio (Abasto) el  futbol  se respiraba en cada patio, cada aula y cada pupitre; muchos de Boca, muchos de River, algunos de Ferro, uno de Argentinos, uno de CAI, y yo.

Racing venia mal, y ellos bien. River andaba peor que todos, pero justo ese año debutaban los ahora famosos promedios. Esto hizo que las gallinas salvaran el pellejo (hace poco pagaron la deuda) y que nosotros compremos calculadoras que no cuadraban un puto número. Barranca abajo. El fixture además de todo lo anterior, nos ponía a jugar la última fecha contra ellos de visitantes.

Con el agua al cuello llegamos a la penúltima en Avellaneda contra Racing de Córdoba. Y ahí fuimos con mi viejo, sabiendo que un resultado adverso nos mandaba a la B, literalmente. Y pasó, y se armó el mayor quilombo que vi en mi vida en una cancha de futbol, corridas, gases, tiros, bastonazos. Un triste final, decorado en la última fecha con ellos  saliendo campeones. La realidad supera la ficción. En ese match los hijos de puta cantaban “Que cosa maravillosa, que cosa de no creer, el rojo campeón del metro, y RACING se fue a la B”. A esta altura de mi vida, no creo que ni 20 siglos de terapia me puedan desgrabar esa puta frase del cerebro. Me marcó para siempre.
El ‘84 nos encontró en la B (no existía ni Nacional B, ni Metropolitana, ni Argentino A, era la B), y ahí fuimos a jugar con equipos que ni el nombre conocíamos, canchas de mierda, reventando tribunas y siendo la atracción del momento. Y no pudimos subir, nos quedamos en la puerta, puteando por lo bajo. Mientras tanto, ellos salían campeones del mundo. La vida a veces es una mierda.

A partir del ‘86, cuando volvimos, la mayoría de uds conocen la historia, muchos años sin campeonatos, clásicos perdidos, quiebra, gerenciamiento, promoción y la famosa frase: Lo mejor que tiene Racing es su gente (no somos amargos como es indesingente). Ellos empezaron a bajar, ganaron casi nada y nos fuimos emparejando. Eso sí, siempre con el cantito de fondo: “Vos sos de la B”. Todo lo anterior, cabe señalar, sucedió bajo el paraguas del padrino Grondona, que como dato orientativo es el único funcionario del país que arrancó su mandato en la presidencia de Videla y aún sigue en el cargo. Patético record.

Hace un año, cuando mi socio de esta página me decía: están jodidos, tienen que sacar muchos puntos, no tienen plata, no tienen cancha, no tienen jugadores y no tienen técnico, yo pensaba: pero tan pelotudos no pueden ser, no les puede pasar lo de River, Grondona no los va a dejar caer, el puto de Marconi tampoco, está Moyano en el medio, es imposible.

Pero ayer, todo volvió a su lugar. Se acabó el rey de copas, el orgullo nacional, el paladar negro y la concha de su madre, a vegetar por el país. Queda uno solo en Avellaneda, el único que tiene estadio, el primer grande, el capo, el inmenso RACING CLUB.

FELIZ DIA DEL PADRE. LA CASA ESTA EN ORDEN. DISFRUTEN CON SUS HIJOS QUE MAÑANA FELICES IRAN AL COLEGIO. 

Gaston.-


PD: Como me gustaría a mi volver al Nacional (al colegio Nacional, a no confundirse, jijiji) mañana….

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